miércoles, 31 de octubre de 2007

Actualización de la Real Academia Española

Se ha realizado una actualización del Diccionario, con la incorporación de un nuevo bloque de enmiendas, adiciones y supresiones. Se añaden unas 4600 modificaciones a las más de 12 500 ya incluidas en la página. Con esta incorporación, el Diccionario académico ofrece con respecto a la segunda tirada de 2001, más de 17 000 modificaciones.

Calentamiento global

Un fenómeno preocupa al mundo: el calentamiento global y su efecto directo, el cambio climático, que ocupa buena parte de los esfuerzos de la comunidad científica internacional para estudiarlo y controlarlo, porque, afirman, pone en riesgo el futuro de la humanidad.

¿Por qué preocupa tanto? Destacados científicos coinciden en que el incremento de la concentración de gases efecto invernadero en la atmósfera terrestre está provocando alteraciones en el clima. Coinciden también en que las emisiones de gases efecto invernadero han sido muy intensas a partir de la Revolución Industrial, momento a partir del cual la acción del hombre sobre la naturaleza se hizo intensa.


Michael Ende (autor de El Ponche De Los Deseos)

Michael Andreas Helmut Ende nació el 12 de noviembre de 1929 en Garmisch-Partenkirchen, Baviera (Alemania). Era el hijo único de Luisä Bartholomä y del pintor surrealista Edgar Ende, artista que sería censurado por el gobierno nazi.

Tras acudir a servir en el ejército alemán, llamamiento que suspendió sus estudios secundarios, Ende, que colaboraba con una agrupación antinazi llamada “Frente Libre Bavariana”, estudió interpretación entre los años 1947 y 1950 en la escuela de Otto Falckenburg, sita en Munich.

A comienzos de los años 50 comenzó a escribir relatos de enfoque infantil y juvenil, trabajó como actor, guionista de espectáculos de cabaret, y escribió críticas cinematográficas, alcanzando la popularidad literaria en su país con “Jim Botón y Lucas el Maquinista” (1962), novela fantástica que le valió el galardón Deutscher Jugendbuchpreis al mejor libro infantil alemán del año.

En 1964 contrajo matrimonio con la cantante Ingeborg Hoffmann, con quien residiría en la ciudad de Roma.

Especializado en el género fantástico, consiguió la fama con imaginativos títulos como “Libro de los monicacos” (1970), “Momo” (1973), deliciosa novela por la que volvió a ser premiado, o “La historia interminable” (1979), su obra más conocida y un clásico de la literatura fantástica.

Michael Ende falleció a causa de un cáncer de estómago en la ciudad alemana de Stuttgart, el 29 de agosto de 1995.

Tenía 65 años y dejaba viuda a su segunda esposa, la japonesa Mariko Sato, con quien se había casado en 1989. Cuatro años antes, en 1985, Ingeborg había fallecido de cáncer.

Autobiografía de Gustavo Roldán (autor de Dragón)

"Aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío."

Me crié en el monte chaqueño, en Fortín Lavalle, cerca del Bermejo, cuando la tierra era plana, la luna se posaba en las copas de los árboles y los cuentos sólo existían alrededor del fogón del asado o en las ruedas del mate.

Después se inventaron los libros. O tal vez antes, pero yo no lo sabía. Solamente sabía muchos cuentos, de ésos que después me enteré que se llamaban populares, que iban pasando de boca en boca y de oreja en oreja. Cuentos del zorro, del tigre, del quirquincho, de Pedro Urdemales, de pícaros y mentirosos, del lobizón y de la luz mala. Claro que esos cuentos nunca eran del todo cuentos, habían sucedido por ahí nomás, en medio del monte, y eran cosas que nadie ponía en duda. Yo tampoco.

Cuando menos lo esperaba me llegó la hora de ir a la escuela y nos fuimos al pueblo. En los pueblos el tiempo pasa lleno de ocupaciones importantes: se está rodeado de amigos para jugar a las bolitas, remontar barriletes, hacer bailar trompos, jugar a la pelota, andar en bicicleta. Todo eso mientras se van secando las bolitas de barro para la honda. ¿Para la honda? Sí, para la honda. Después el mundo se va agrandando cuando uno conoce los parques de diversiones, el cine y el circo, cosas que el monte suele no tener. Y un día uno pasa por la librería Molina, en Sáenz Peña, y encuentra que hay estantes infinitos llenos de libros, no de ésos de aprender a leer, sino de cuentos y más cuentos y más cuentos.

Y si don Molina lo deja a uno hurgar los estantes, sacar y poner, leer solapas y contratapas, ojear y hojear, sentado en el suelo tras el mostrador, uno comienza a descubrir que por ahí está escondido un mundo más grande y más lleno de maravillas de lo que nadie podía imaginar. No era todo tan fácil, había cada cosa aburrida que ni te cuento. Pero con un poco de suerte y bastante de paciencia aparecían aventuras increíbles, selvas llenas de animales salvajes y mares llenos de piratas, de los buenos y de los malos, con los que navegué corriendo mil peligros. Por suerte con Simbad o con Sandokán siempre logramos salvarnos y triunfar. Nosotros estábamos del lado de los buenos. Gracias, don Molina.

Mi relación con la literatura es continua y amigable. Sobre todo la de lector. Con la escritura a veces nos peleamos, pero eso también forma parte de las buenas relaciones. Aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío, como eran esos cuentos que relataban los domadores alrededor del fogón, cuando el fuego siempre estaba unido a la palabra.

Creo que los chicos entienden todo y quieren saber de todo. Desconfiar de su capacidad es desconfiar de la inteligencia, de la sensibilidad del otro. Y desconfiar de la capacidad de la palabra es, en última instancia, desconfiar de nosotros mismos. Podemos desconfiar de nosotros mismos pero, si jugamos en serio, las palabras siempre van a alcanzar. Sobre todo lo que hay detrás de las palabras.

Una repetida frase dice que antes los chicos eran grandes lectores. Hoy no. Y la culpa la tiene la televisión. Ojalá fuera así. Habría soluciones mucho más a mano. En este mundo de mercado y capitalismo salvaje que busca destruir las más elementales formas de la solidaridad, que pone los modelos más perversos de mezquindad como formas naturales de la convivencia, la televisión no es sino una herramienta apta para implantar su ideología. Creo que no debemos enojarnos con las herramientas.

¿Que si el libro va a desaparecer? Obviamente no. Esa idea es un invento de los mismos que sostienen la muerte de las ideologías.

Entre idas y vueltas, siempre vuelvo a Huckleberry Finn, Sandokán, todo Jack London, las 1001 noches, La isla del tesoro. Porque esos libros me ayudaron a crecer, a imaginar, a pelear contra los perversos y contra el miedo, a defender la dignidad, a resistir, a volar. Porque me dijeron, antes de que aprendiera nada de política, que era posible cambiar el mundo. Cualquiera que aprenda a volar puede resistir.

Creo que la literatura para chicos es literatura. O debería ser. Los chicos tienen que leer cualquier cosa que se les cruce en el camino, y decidir por su cuenta si les interesa o no, y cambiar o pedir más. Cada uno, solo, y a pesar de las ayudas, irá encontrando el camino de su crecimiento, porque esto también es un problema de soledad. Llevarlos siempre de la mano puede ser demorar etapas o saltearlas de manera arbitraria. Acompañarlos, sí, pero dejando abiertas las puertas para experiencias personales, dejándolas abiertas para ir a jugar.

Gustavo Roldán

Entrevista a Gustavo Roldán (autor de Dragón)

Entrevista por Susana Itzcovich
Gustavo Roldán prefiere utilizar en sus cuentos para niños una serie de animales que conoció cuando chico en el monte, donde vivió muchos años. Esos animales —muy argentinos— le permitieron verbalizar ciertos hechos y valores de la sociedad, desde el accionar de sus protagonistas. Así aparecen sapos, zorros, quirquinchos, tatúes, piojos, bichos colorados, ñandúes y otros tantos que ficcionalizan historias muchas veces parecidas a las de los seres humanos.

En una reciene entrevista que realizamos a este escritor, nos contó la génesis de sus cuentos, su inserción en la literatura para niños, su camino como escritor, como editor y la necesidad de ofrecerse a sí mismo y a los lectores un cambio de rumbo a partir de su último libro, Dragón. Más que un reportaje fue una conversación. Prefiero transcribirla tal como fue, para no perder la peculiaridad de su lengua y el hilván de su testimonio:

—¿Cómo te insertás en la literatura para niños y desde cuándo?

—Llegando a la década de los ochenta, mis hijos —ya grandes— me plantearon por qué no escribía los cuentos que yo les había contado cuando eran chicos. "Porque no me los acuerdo", les dije. Me acuerdo la idea, pero no los cuentos. "Nosotros sí nos acordamos". Y me contaron los cuentos que yo les relaté cuando eran chicos. Se los había narrado en la década del sesenta. Eran los cuentos que a mí me habían contado en la rutina cotidiana del monte, en el Chaco, donde yo vivía. Cuando se me acabaron esos que yo conocía desde chico, les inventé otros. Y me puse a escribirlos. Escribí el primer libro: El monte era una fiesta, que se publicó en 1984. Y me gustó el resultado. Operativamente marchó, gustó a los chicos y a los grandes. Son esas cosas del "azar" que a uno le dan un "empujoncito" y ganas de hacer otras cosas más. Me entusiasmé y seguí escribiendo libros para chicos, al mismo tiempo que realizaba mi tarea periodística en revistas para adultos.

Con la democracia, en Argentina se abre un espectro de posibilidades que no había existido hasta entonces desde el ámbito editorial. También el "azar" hace que trabaje en la Editorial Colihue —en ese entonces conjuntamente con Laura Devetach -, para dirigir colecciones de libros para chicos y en esto sigo trabajando. Obra del azar.

—¿Abandonaste tu tarea de docente?

—Al venir a vivir a Buenos Aires, había dejado de ser docente. Ya no me interesaba más hacer ese tipo de trabajo. Había descubierto desde afuera la perversidad de ese mundo donde hasta entonces me había sentido muy cómodo y contento, dando clases en la Universidad y en los Institutos de Profesorado en la provincia de Córdoba. Me parecía que era el lugar natural de mi trabajo. Durante y después del "proceso militar", sentí que no quería estar más en ese mundo. Aparecieron estos trabajos editoriales que me gustaron más. Un poco carpintero y un poco escritor, el panorama editorial me abrió la posibilidad de publicar mis textos y los de los otros. En la literatura para adultos el círculo es más cerrado. En cambio, este circuito de libros para chicos funcionó tanto, que grandes editoriales que nunca se habían dedicado a la literatura infantil comenzaron a abrir ese nuevo espacio. Aparecieron más escritores, más ilustradores y más editoriales.

—Es decir que al mismo tiempo que dirigís colecciones de libros para niños, tu propia escritura va creciendo con mayor regularidad.

—Sí, porque son espacios que se crean. Con la perspectiva de publicar y no escribir para guardar en los cajones, se produce un impulso mayor para seguir escribiendo historias.

—¿Te sentís más cómodo en la narrativa que en la poesía para niños?

—Me gustan las dos cosas. Cuando escribo narrativa produzco tanto para adultos como para chicos. En cambio poesía sólo para adultos. No creo que me "salga" bien escribir poesía para chicos. Sin embargo, creo que es importantísimo que se escriba buena poesía pra chicos; es una de las mayores carencias de las editoriales. No sé a quién se le ocurrió decir alguna vez que la poesía no se vende. Es una terrible mentira, de una gran limitación y pobreza de pensamiento. No se vende porque no se escribe buena poesía para chicos, salvo algunas excepciones. Circulan juegos de rimas, y versos tontos.

—Tampoco la escuela promociona la lectura de poesía. En general, la poesía entra en la escuela a través de las canciones patrias. Y por otro lado, los docentes tampoco son muy lectores de poesía.

—Los docentes no colaboran con la lectura de poesías. He visto algo muy frecuente en las escuela: la demanda viene por parte de las chicas. Me preguntan si escribo poesía. La piden. Pero los docentes no les hacen caso. Creo que hace falta una nueva óptica acerca del género poético. La norma es el cuento y lo hay en abundancia. Afortunadamente va a aparecer en la Argentina una editorial italiana dedicada a la poesía. Esperemos que entre las propias y las ajenas, se incentive la escritura y la lectura de poemas.

—Volviendo a tu escritura literaria. En tu obra hay ciertas temáticas recurrentes: ciertos ámbitos como el monte, ciertos animales que aparecen siempre como el sapo, el zorro, el bicho colorado. Se advierte un interés de tu parte en perpetuar una saga...

—¿Por qué los animales? Porque son mis amigos de chico. Me crié en el monte con la iguana, el quirquincho... todos los pájaros estaban ahí. Hace unas semanas volví allí con mi hijo. Lo llevé a que conociera el lugar donde yo había nacido, donde había vivido, aunque ahora, con menos pájaros y menos animales, porque la civilización mata a todos los bichos. Estos eran mis amigos y nunca terminaré de entender por qué en los cuentos para chicos los animales son otros, no son los míos. Tenemos una de las faunas y floras más ricas del mundo y muchos escritores hablan del lobo, la jirafa, el tigre rayado, el rinoceronte. Animales muy lindos, pero no nuestros. Cuando volví me pareció que ese mundo se había achicado, o yo me había agrandado. Claro, yo tenía medio metro de altura. Y ahora los árboles no me parecieron tan altos.

Mis animales me servían para contar historias en un mundo lleno de prohibiciones y limitaciones como es el que todavía vivimos hoy. Los animales me daban algún permiso más en ese mundo coartado. Yo puedo hacer que el piojo tenga alguna aventurita amorosa, pero no es lo mismo si se tratara de seres humanos. Podía incorporar alguna irreverencia hacia la autoridad, o hacia el gobierno; lo que dice la opinión pública en boca del sapo, del piojo o del bicho colorado. Si eso hubiera sido dicho por personas, la censura hubiera empezado a aparecer de manera mucho más apretada. De todos modos, algunos cuentos fueron seleccionados y otros no. Yo creo que, afortunadamente, los inquisidores siempre fueron un poco estúpidos. La censura existe de forma clara y terminante aún hoy, en Argentina y en democracia. Es una censura que ejercemos todos: desde una propia autocensura que se lleva en la sangre, hasta la que ejercen los docentes, la familia, la policía, entre otros. Con los animales como protagonistas se logra algún permiso y como los quiero y los conozco, se prestan para que las cosas ocurran dentro de ese marco, de ese mundo, y yo pueda decir lo que tenga ganas. Hay permiso para decir cosas sencillísimas sin que el cielo pueda caerse sobre nuestra cabeza. Pero hace falta decirlas con mucho cuidado, porque igual aparece la censura.

El "proceso militar" (1976-1983) nos ha dejado una enorme secuela de miedos que todavía persisten. No es casual que después de estos quince años, hoy podamos escribir en una pared: "aquí vive un asesino". Hemos pasado miedos de "procesos militares" continuos, que nos impidieron decir cosas. Los maestros no se animaron; los padres no se animaron. Había que educar a los chicos para que fueran buenitos y no se enteraran de ciertas cosas que pasaban. Pero esas cosas ocurren todos los días y las ven por televisión, las escuchan por radio y las leen en los diarios. Pareciera en cambio, que los libros deben ser "dulces, inocentes, agradables y amenos". Los lectores están cansados de leer cuentos de chicos que si se portan mal la mamá los entiende, los perdona y tienen un final feliz.

—Creo que ya pasó la etapa de los "finales felices".

—No tanto. Este año hay editoriales que piden a los autores que sus cuentos culminen con un final feliz. Cada uno sabrá qué concesiones tiene que hacer y si está dispuesto a aceptar esta nueva regla del juego.

Otro pedido editorial es el del "lenguaje neutro": limitar los localismos, para que los libros circulen por toda Latinoamérica. Esto es muy grave para los escritores argentinos, porque tenemos un idioma diferente. Entiendo que los teleteatros utilicen un idioma neutro, porque se trata de un producto de comercialización masiva. Pero no lo acepto en el área de la literatura. Cada país tiene su idioma, sus riquezas y sus pobrezas. Nosotros usamos el "voseo" y otros países latinoamericanos no. Pero es mi lengua. Mi lengua es mi heramienta de trabajo. Puedo trabajar con estas herramientas y no con las ajenas.

Yo me pregunto qué pasa en el mundo de la literatura para chicos. ¿Es que todavía sigue sin encontrar un espacio? A ningún país se le ocurriría cambiar una letra de tango y sin embargo tiene términos imposibles de entender hasta para un argentino. El tango sí se ha ganado un lugar. Tal vez no hayamos ganado aún el lugar de la literatura ifantil. Un texto autoral se acepta en bloque o no se acepta. Las palabras desconocidas se aclaran al pie de página o con un glosario. Creo que para los chicos es un enriquecimiento leer textos de diferentes países que hablan de otra forma que la suya. Los argentinos somos más respetuosos. No se nos ocurriría "tocar" a Rulfo. Borges escribía como Borges y Cortázar como Cortázar. ¿Por qué se pretende homogeneizar y neutralizar el discurso de la literatura infantil?

—Quizás este pedido de homogeneización de la lengua se vincule con la venta de muchos paquetes accionarios a editoriales extranjeras.

—Es cierto. Estamos viviendo la desaparición de las editoriales argentinas, salvo algunas excepciones. Los primeros editores argentinos —aunque fueran extranjeros— amaban el libro. Ahora lo fundamental es la comerdicalización. La unión de libro-editor-autor-lector argentino ya no existe más. Ahora los dueños son ingleses, alemanes, italianos... a quienes no les importa el idioma argentino. Son editoriales multinacionales. Sin embargo, hay escritores que aceptan estas dos condiciones con tal de seguir publicando.

—¿Creés que los escritores para chicos también hacen concesiones con sus temáticas, es decir que escriben lo que los chicos piden?

—Creo que sí, y los escritores para grandes también. Estos años hubo en Argentina una demanda del lector adulto acerca de personajes de la historia argentina. Y allí estuvieron los escritores para escribirlas.

—¿Cómo decidiste cambiar tus bichos por un dragón? ¿Dragón también es parte de tu infancia?

Portada de "Dragón"
Portada de "Dragón"

—Los piojos, los bichos colorados, los sapos, son bichos de abajo. Dentro de ese mundo real del monte, las cosas imaginarias también son parte de la realidad. Aquí en la ciudad tenemos claro qué es realidad y qué es fantasía. En el medio del monte, y sobre todo para un chico, no hay diferencias entre una cosa y la otra: la luz mala, el lobizón, los seres maléficos y benéficos que habitan en la selva son también la realidad. Visto desde aquí, y racionalmente, todo es imaginería, una mitología del litoral paraguayo-argentino, que toma esa zona de herencia indígena con cruce de herencia europea. Pero en el monte no hay una diferencia entre lo cierto y lo imaginario. Cualquier chaqueño va a decir que el lobizón existe y hasta la mayoría lo ha visto medio de lejos.

Todo eso formó parte de mi primera y fundamental educación. Eran las historias que se contaban en la rueda del mate, alrededor del fogón, especialmente de noche, cuando alejarse de ese fogón, aunque fueran unos veinte o treinta metros, era entrar en la oscuridad total. Yo, ni loco lo hubiera hecho. Los secretos ruidos que se producen en el monte, dan miedo. Si se los piensa después, puede ser sólo el aleteo de un pájaro o el deslizarse de una iguana. Son explicables. Pero en esa situación no. Todos nos sentimos muy racionales y lo hablamos con amigos en un café, pero andamos con una cinta roja en la muñeca o con un ojo hindú colgado de una cadena. Son elementos mágicos que te protegen de algún tipo de males, aún para la gente racional y civilizada.

El paso al dragón es acceder a algo que no había aparecido en mis cuentos. Hasta ahora, eran animales visibles a los que inclusive podemos visitar en un zoológico. Esos otros, como el dragón, configuran una enorme riqueza casi tan importante como los otros de la "realidad". Voy a tomar un nombre de herencia universal: dragón. Dragón es una síntesis de toda esa otra mitología. En el monte no había dragones. Yo comencé a conocer dragones por historias librescas y al ir creciendo seguí viendo dragones de oriente, de occidente, dragones chinos, cristianos... Y me fui haciendo amigo de los dragones también. Cofiguran la síntesis de toda esa otra mitología que para la gente del monte es realidad, como lo son también otros personajes: los desaparecidos en el monte, las chicas embarazadas por la siesta al meterse en el monte; personajes que no son de la realidad y producen efectos de realidad.

—Pero además de tomar esta "otra realidad", cambia tu estilo de escritura. De un humor picaresco, pasás a una ficción más poética y onírica.

—Acá está operando otra cosa. Creo que en 1983-1984 hubo en Argentina un salto muy grande en la literatura para chicos, en cantidad y en calidad. Aparecieron y se produjeron formas distintas, escritoras que fueron armando un panorama muy fuerte, muy inteligentes. Pero pasaron diez o quince años y las cosas siguieron igual. Todos empezamos a repetirnos dentro de un esquema ya de éxito. Como todo funcionaba bien, quedamos entrampados. Sin duda esa era la manera. Pero diez años después la manera tiene que ser otra. Conviene a la literatura infantil en general y a cada uno en paticular. Yo me hago mi propia crítica. Nos hace falta un salto, escribir algo diferente, no quedarnos estancados. Se produce un empobrecimiento y un retroceso. Creo que son un peligro. El "caminito marcado" es seguro. La función del escritor es mover las piezas del tablero y empezar a armarlo de nuevo. Comenzar a pensar qué hacer con la litertura infantil argentina. El riesgo hay que correrlo. Por supuesto que me costó salir de la comodidad y meterme en la incomodidad de escribir otras cosas. Intenté no ponerme limitaciones, darme permiso, conseguir permisos. Y si no les gusta a los chicos, mala suerte. Hago lo mejor que puedo.

—Es una buena postura, es una "poética" nueva. A mí me sorprendió leer Dragón.

—Ésa es la palabra que un escritor debería tener siempre como una zanahoria delante del burro: "sorprender"... Porque el público, que también está acostumbrado a lo mismo, quiere de nuevo la misma historia con variantes o falsos cambios. El público vuelve a pedir un libro parecido. Es un juego perverso de comodidad para el lector y el autor. Lo que uno tiene que lograr es eso, "sorprender" al lector y darle un libro distinto. No responder a la misma expectativa. Cuando leí a Cortázar me gustó mucho Bestiario, pero para mí como lector fue muy importante llegar a Rayuela, que es diferente. Cortázar logró ese cambio, esa "sorpresa".

—¿Te llevó mucho tiempo de escritura?

—Fue posiblemente el libro más trabajoso de todos los que escribí, porque me surgieron mis propias dudas. Hay mezcla de géneros, no es un libro convencional. Por otra parte, mi encuentro con el ilustrador —Luis Scafati— fue algo de maravilla, porque le dio al libro un vuelo fabuloso y lo convirtió además en un objeto-libro fuera de serie. Scafati diseñó y diagramó cada página con toda libertad, sin esquematismos, la ilustración se integra al texto. Él mismo se entusiasmó con el libro y le imprimió una creatividad enorme, sin fijarse en tiempo de trabajo. Lo importante era editar un libro de calidad sin grandes costos, para que fuera accesible al público argentino. Y en vez de hacer los dibujos a color, prefirió el blanco y negro que tienen tanta fuerza como el color. Gardel y Casablanca deben seguir en blanco y negro. Cuando los colorean, no es lo mismo. Gardel ya no canta tan bien en color.

—¿Y después de Dragón, que estás escribiendo?

—Sigo trabajando en lo que estaba haciendo junto con Dragón. Lo que pasa es que Dragón se independizó del libro que estaba escribiendo, que es un bestiario fantástico, donde incluyo la mitología tradicional, con pequeñas historias individuales. Ahora sigo escribiendo con unicornios, sirenas, centauros, basiliscos, entre otros. Todos ellos pertenecen también a esa otra realidad de los pueblos.

Es interesante observar cómo después de quinientos años de convivencia entre los españoles y los indígenas, se integran las historias. Al recopilar relatos de los indios matacos, guaraníes, tobas, las historias universales se cuentan como propias. Yo sé que no, que muchas de ellas pertenecen al mundo occidental y oriental, pero para los aborígenes son suyas. Cuando estuve en Paraguay descubrí en un pueblito que trabaja en cerámica algo muy curioso: había figuras de sirenas. Paraguay está lejos del mar y sin embargo los artesanos modelaban sirenas. Pero lo más curioso es que para que se perpetuaran, inventaron "sirenos". Para estos pueblos no existe la mitología tal como la entendemos nosotros. Los mundos mágicos y de la realidad están intercalados, forman parte de una cultura. Por eso este libro va a conformar una serie de relatos breves, con montones de mitos. Dragón creció solo. Yo no mando ahí. Se me van saliendo de las manos.

Dragón

El dragón (del latín draco) es una criatura fantástica que aparece en diversas formas en varias culturas en todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados. En cada civilización la figura del dragón juega un papel importante como dios, guardián, y en algunos casos como demonio, pero todos estos sentidos mitológicos están de acuerdo en que se trata de un ser poderoso y respetable, en algunas civilizaciones es reconocido también por poseer gran sabiduría. Los dragones a menudo pasan por tener un significado espiritual mayor en varias religiones y culturas del mundo.

William Shakespeare

Poeta y autor teatral inglés, considerado generalmente como uno de los mejores dramaturgos de la literatura universal. Resulta imposible llevar a cabo una exposición completa de la vida del celebrado autor inglés, pues existen en torno a ella numerosas suposiciones y muy pocos datos comprobados. Se mantiene tradicionalmente que nació el 23 de abril de 1564, y se sabe a ciencia cierta que fue bautizado al día siguiente, en Stratford-upon-Avon, Warwickshire. Tercero de ocho hermanos, fue el primer hijo varón de un próspero comerciante, y de Mary Arden, hija a su vez de un terrateniente católico. Probablemente, estudió en la escuela de su localidad y, como primogénito varón, estaba destinado a suceder a su padre al frente de sus negocios. Sin embargo, según un testimonio de la época, el joven Shakespeare hubo de comenzar a trabajar como aprendiz de carnicero, por la difícil situación económica que atravesaba su padre. Según otro testimonio, se convirtió en maestro de escuela. Lo que sí parece claro es que debió disfrutar de bastante tiempo libre durante su adolescencia, pues en sus obras aparecen numerosas y eruditas referencias sobre la caza con y sin halcones, algo poco habitual entre sus contemporáneos. En 1582 se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero, con la que tuvo una hija, Susanna, en 1583, y dos mellizos —un niño, que murió a los 11 años de edad, y una niña— en 1585. Al parecer, hubo de abandonar Stratford al sorprenderlo cazando ilegalmente en las propiedades de sir Thomas Lucy, el juez de paz de la ciudad. Se supone que llegó a Londres hacia 1588 y, cuatro años más tarde, ya había logrado un notable éxito como dramaturgo y actor teatral. Muy poco después, consiguió el mecenazgo de Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton. La publicación de dos poemas eróticos según la moda de la época, Venus y Adonis (1593) y La violación de Lucrecia (1594), y de sus Sonetos (editados en 1609 pero que habían estado circulando en forma de manuscrito desde bastante tiempo atrás) le valieron la reputación de brillante poeta renacentista. Los Sonetos describen la devoción de un personaje que a menudo ha sido identificado con el propio poeta, hacia un atractivo joven cuya belleza y virtud admira, y hacia una oscura y misteriosa dama de la que el poeta está encaprichado. El joven se siente a su vez irresistiblemente atraído por la dama, con lo cual se cierra un triángulo, descrito por el poeta con una apasionada intensidad que, no obstante, no llega a alcanzar los extremos de sus tragedias, sino que, más bien, tiende al refinamiento en el análisis de los sentimientos de los personajes. De hecho, la reputación actual de Shakespeare se basa, sobre todo, en las 38 obras teatrales de las que se tienen indicios de su participación, bien porque las escribiera, modificara o colaborara en su redacción. Aunque hoy son muy conocidas y apreciadas, sus contemporáneos de mayor nivel cultural las rechazaron, por considerarlas, como al resto del teatro, tan sólo un vulgar entretenimiento. La vida profesional de Shakespeare en Londres estuvo marcada por una serie de arreglos financieros que le permitieron compartir los beneficios de la compañía teatral en la que actuaba, la Chamberlain’s Men, más tarde llamada King’s Men, y de los dos teatros que ésta poseía, The Globe y Blackfriars. Sus obras fueron representadas en la corte de la reina Isabel I y del rey Jacobo I con mayor frecuencia que las de sus contemporáneos, y se tiene constancia de que sólo en una ocasión estuvo a punto de perder el favor real. Fue en 1599 cuando su compañía representó la obras de la deposición y el asesinato del rey Ricardo II, a petición de un grupo de cortesanos que conspiraban contra la reina Isabel, encabezado por un ex-favorito de la reina, Robert Devereux, y por el conde de Southampton, aunque en la investigación que siguió al hecho, la compañía teatral quedó absuelta de toda complicidad. A partir del año 1608, la producción dramática de Shakespeare decreció considerablemente, pues al parecer se estableció en su
ciudad natal, Stratford, donde compró una casa llamada New Place. Murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la iglesia de Stratford.
Hasta el siglo XVIII, Shakespeare fue considerado únicamente como un genio difícil. Del siglo XIX en adelante, sus obras han recibido el reconocimiento que merecen en el mundo entero. Casi todas sus obras continúan hoy representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales, pues comunican un profundo conocimiento de la naturaleza humana, ejemplificado en la perfecta caracterización de sus variadísimos personajes. Su habilidad en el uso del lenguaje poético y de los recursos dramáticos, capaz de crear una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y acciones, no tiene par dentro de la literatura universal.

martes, 30 de octubre de 2007

Adelanto de Beowulf, la película


Hagan click acá para entrar a la página web oficial de Beowulf, la película.
Está en inglés.

Viky.

Sherlock Holmes. El Gran Detective


Sherlock Holmes es un personaje ficticio, protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción, reunidos en lo que se llama Canon holmesiano publicados en su mayoría en The Strand Magazine. Fue creado en 1887 por Sir Arthur Conan Doyle.
Sherlock Holmes es el prototipo de investigador cerebral por excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca posterior a su aparición. Aunque podemos considerar a
Auguste Dupin, creado por Edgar Allan Poe, como un personaje predecesor muy similar, la genialidad excéntrica de éste no alcanzó la enorme popularidad que Holmes y su autor alcanzaron en vida de éste ("The Strand Magazine" publicaba las aventuras de Holmes a precios muy asequibles, y muchos "lectores comunales" de diversas industrias leían las obras de Doyle en voz alta como una suerte de "radio" Victoriana, práctica ya habitual con la obra de Charles Dickens).
Sherlock Holmes es un detective público alto, delgado, frío, irónico, ingenioso e intelectualmente inquieto. En ocasiones resulta un tanto brusco pero es cortés con las mujeres a pesar de que desconfía de ellas. Watson resalta en uno de sus casos la presencia de una bella dama llamada Irene Adler, la cual es considerada siempre por Sherlock como "La" mujer. A sus ojos ella rivaliza con él mismo en inteligencia, como demuestra en una de sus aventuras(Un escándalo en Bohemia, 1892). No es muy ordenado en la rutina cotidiana, es muy habilidoso disfrazándose, fuma en pipa, toca el violín (un Stradivarius y a menudo a horas poco adecuadas) con maestría, es un experto apicultor, excelente boxeador, tiene un gran conocimiento científico en especial en química y, cuando se aburre por falta de los retos intelectuales que suponen sus casos, consume cocaína en una solución al 7%(esto sólo se menciona en el libro El signo de los cuatro, publicada en 1890),la cual deja gracias a la insistencia de su compañero, amigo y cronista Watson, con quien vive hasta finales del siglo XIX en el número 221B de Baker Street, en Londres. Su biógrafo, el Dr. Watson, enumera y analiza la profundidad de sus conocimientos en "Estudio en Escarlata".
Ateniéndonos a los textos de Doyle, Sherlock Holmes nació el 6 de enero de 1854. Su padre era un hacendado inglés y su madre descendía de una estirpe de pintores franceses. Tiene un hermano, Mycroft, que gracias a las portentosas facultades para gestionar ingentes cantidades de información que posee, trabaja casi anónimamente como coordinador general e informador interno de los asuntos del Gobierno británico.
Sherlock Holmes parece haber sido un estudiante en la
universidad, probablemente la de Oxford, pero sin duda no Cambridge. Tras su graduación se aloja cerca del British Museum para poder estudiar las ciencias necesarias para el desarrollo de su carrera posterior. Conoce a Watson en 1881 en el Hospital Saint Bartholomew. Rehúsa un título de sir, pero acepta la Legión de honor.
Su gran enemigo, también de extraordinarias facultades intelectuales, es el
profesor Moriarty, quien llegó a acabar aparentemente con la vida del eminente detective en la cascada de Reichenbach (The Adventure of the Final Problem). Doyle tuvo que optar por resucitar a su héroe cuando miles de lectores protestaron llevando crespones negros en el sombrero en señal de luto. Sherlock Holmes reaparece en el caso La Casa Vacía) (La Reaparición de Sherlock Holmes, 1903).
Tras una carrera de 23 años, de los cuales Watson compartió 17 con él, Holmes se retiró a
Sussex donde se dedicó a la apicultura y llegó a escribir un libro al respecto titulado Manual de apicultura, con algunas observaciones sobre la separación de la reina, y también casi casualmente resuelve uno de sus casos más complicados: "La Aventura de la Melena del Leon"(1907). Aunque posteriormente a su jubilación como detective dedicó dos años a preparar concienzudamente una importante acción de contraespionaje poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Nada más consta sobre él a partir de 1914

lunes, 29 de octubre de 2007

Capítulo 1: "Calorandia"




Calorandia era el lugar más caluroso del mundo. Estaba habitado por gente extraña. Debido al calor, la gente se deformaba, a algunas mujeres se les agrandaban los senos de solo mirar al sol. Era como si el sol tuviera el poder máximo del mundo, lo consideraban un dios llamado Arfil.

A veces, si tenían vidas muy complicadas, simplemente lo miraban y se suicidaban. Hasta que un día una mujer llamada Lisa, de diecinueve años, decidió salir de Calorandia y buscar ayuda para el pueblo.
Cuando el pueblo se enteró de que Lisa saldría de Calorandia , toda la gente empezó a odiarla y ni su familia respetaba su decisión , solo la llamaban loca. Nadie podía entenderla. Sola con su pensamiento, sin que nadie la comprendiera, preocupada por lo que estaba sucediendo, continuó su travesía en busca de una lógica respuesta.
Semanas y semanas caminó sin detenerse, cansada, agobiada y casi sin aliento, atravesó montañas, ríos, desiertos y selvas.
De repente se encontró con Xul, una niña de mirada penetrante y con una inteligencia poco común. Lisa al verla no podía creerlo, que después de tanto caminar encontrara un ser que no tuviese similitud con ninguna de las personas que la rodeaban en Calorandia. Intentó acercarse a ella a través de la palabra; la niña observaba muy atentamente, ya que para ella también era una extraña .
Después de un largo tiempo de observarse, comenzaron a hablar sobre ellas, entendiéndose perfectamente, las dos hablaban el mismo idioma. Lisa se sintió más serena y segura de haber hecho lo correcto al irse de Clorandia en busca de ayuda.
Xul le aconsejó seguir hasta el próximo pueblo, donde podría entablar distintas conversaciones con otras personas que podrían ayudarla a resolver su problema. Xul se sintió muy bien con Lisa, por tal motivo decidió no separarse de ella y acompañarla a buscar la gran respuesta y solución , prometiéndole su ayuda a cambio de que nunca la abandonara.
Lisa emocionada por tal pedido abrazó a Xul y le dijo que era como una hermana para ella , ya que ella había dejado a toda su familia .
Juntas comenzaron el trayecto, se rieron mucho , jugaron, compartieron alimentos y hablaron hasta el amanecer .
A la mañana siguiente, cuando los rayos del sol comenzaron a sentirse intensos, Lisa sintió un dolor es su cuerpo como si estuviera cambiando lentamente y con la ayuda de Xul, llegaron al próximo pueblo. En ese lugar llamado “Cyber Ciencia” solo se encontraban científicos dedicados al estudio de la tierra y los cambios que se producían en la naturaleza, debido al calentamiento global.
Lisa casi sin aliento pero afortunadamente con ayuda de Xul, arribó al laboratorio del Doctor Scrafacus. Al abrir la puerta lentamente, Lisa se desmayó y perdió el conocimiento,pero afortunadamente Xul pudo explicarle y contarle detalladamente lo sucedido en Calorandia. Rápidamente el Doctor Scrafacus llamó a sus ayudantes, Fisicus y Alfenus , para investigar el caso. Mientras Lisa descansaba, ya controlada por el Doctor Scrafacus, los tres científicos encontraron la gran respuesta y solución.

Manuela Cohen (desde el gmail de Valeria Szyp)

HECHIZOS (con poder de inversión)


Hechizos
Ponche de los ponches, cumple mis deseos

que los buenos y generosos
se vuelvan malvados y que
ni una sonrisa se haya afectuado


Ponche de los ponches, cumple mis deseos
que todo el cielo se vuelva negro
que el agua se ensucie
como yo ensucié la tierra

por: Micaela Vindman

domingo, 28 de octubre de 2007

Con una amplia diferencia, ganó Cristina

Con una amplia diferencia,
Cristina Fernández de Kirchner, es la nueva presidenta.
Se ganó el respeto de la mayoría de la gente, ya que con el 46,1%,
Se ganó el puesto de presidenta,
Bueno les quería comentar eso a los que no lo sabían todavía.
Saludos!!
José Falak.

sábado, 27 de octubre de 2007

BIOGRAFIA DE LIONEL MESSI,UN JOVEN AFORTUNADO

Lionel Messi nació el 24 de Junio de 1987 en la ciudad de Rosario, Santa Fé, Republica Argentina, comenzó su carrera deportiva a los 5 años en el club Grandoli, un club barrial de baby fútbol de la misma ciudad, el cual era dirigido por su padre. Posteriormente en el año 1995 al cumplir 7 años comenzó a jugar en las divisiones inferiores de Newells Old Boys.
En Septiembre del 2000 Leo realiza una prueba en el FC Barcelona donde deslumbra a Rexach (técnico de las divisiones inferiores) con su impresionante técnica y marcando 5 goles, el técnico no lo duda un instante y luego de hacerle firmar simbolicamente un contrato en una servilleta lo incorpora al club el cual se hace cargo de todos los gastos de su tratamiento
El 1 de mayo del 2005 se convirtió en el jugador más joven de la historia del FC Barcelona en marcar en un encuentro de Liga. Frente al Albacete a los 17 años.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Deseo para el ponche

Que se vaya el frío,
que venga el calor,
que con mis amigos:
¡Pueda tomar SOL!

Sécate cuadro,
sécate pintura.
Asi al entrar al cuarto,
se va tu hermosura.

Deseo que la tarea,
hecha ya esté,
o sino en lengua,
un incumplimiento tendré.


Victoria Abolsky

martes, 23 de octubre de 2007

Hechizos a partir del Ponche de los Deseos

¡Ponche embrujado
devuelveme la vida
pues es solo mia!

Hecho por: Sharon Sztycer

Abra cadabra !!!!

Ponche de los ponches
cumple mis deseos
que los àrboles crezcan a montones
y con flores marrones.

Ponche embrujado convierte mis deseos
en todo lo contrario
y lo más malvado

Hechizos a partir del PONCHE DE LOS DESEOS

¡Ponche de los ponches
tráeme animales
pues sino te mandaré
a carnavales!

Hecho por: Sharon Sztycer

domingo, 21 de octubre de 2007

Hechizo a partir del Ponche de los Deseos


Magos y magas por favor
Que estos dos y tres no cambian de color
En cada materia me va peor
Pónganme un diez que es mucho mejor

sábado, 20 de octubre de 2007

Hechizo a partir de El Ponche de los deseos


Ponche de las tinieblas,
cumple con lo que digo:
¡ No matar animales!
pues también son muy queridos.

hecho por: Agustina Levi Hadid

lunes, 15 de octubre de 2007

Primer Capítulo:

Había una vez una nena llamada Naru que vivía con sus padres, ellos vivían muy bien pero en su cumpleaños de 16 años, Naru se enteró de que era adoptada y de que sus padres adoptivos la habían encontrado en Grecia pero pensaban que había nacido en Inglaterra porque estaba envuelta en la bandera de ese país. Al enterarse de esto ella quedó traumada y le dijo a sus papás que quería ir en busca de su identidad.

Al día siguiente se despidió de sus padres y fue a Grecia para averiguar sobre ella . Primero pasó por India, después pasó por Australia, Alemania, Portugal pero cuando viajaba se le pasaba tan rápido que le parecía que las banderas de los países pasaban por al lado una al lado de la otra.

En el camino se cruzó con un laberinto lleno de flechas, fue difícil salir de él pero dentro se encontró, casi al final, con un camino movedizo que resultó ser una serpiente y que trató de comerla, pero un pájaro colorido la agarró y la llevó fuera del laberinto.

Después le preguntó si la quería acompañar en su viaje y el pájaro respondió que sería un placer acompañarla y siguieron su viaje, pasaron por Francia y se dieron cuenta de, que ya estaban llegando a Grecia, entonces viajaron un poco más hasta llegar a ese país donde Naru empezó a investigar preguntando sobre el lugar en el cual sus padres le dijeron que la habían encontrado.

Cuando llego a una casa blanca sintió que tenía que preguntar ahí si sabían de ese lugar; de la casa salieron una mujer y un hombre que le dijeron que ellos la dejaron en ese lugar pero que no eran los padres sino que la habían encontrado en Suiza con la bandera de Inglaterra y como en ese momento no podían mantenerla, la dejaron frente un hotel donde seguro ahí la habían encontrado, entonces con el pájaro y con la información proporcionada por esa pareja partió hacia Suiza.

Por Micaela Vindman

viernes, 12 de octubre de 2007

El Fantasma Leopoldo por Sol Grinbaum




El fantasma Leopoldo era tonto y despistado. Habitaba un edificio pequeño en Palermo, él había vivido allí cuando era humano, había matado a su esposa y luego se suicidó…
Desde entonces andaba por el edificio, que era completamente suyo, dando vueltas, porque en el barrio se corría el rumor de que había un fantasma.
Un día la familia Wilson decidió mudarse al edificio, sin importarle los rumores, ya que la señora Wilson, Marta, era científica, al igual que su esposo, Héctor, y querían investigar científicamente al fantasma.
La pareja tenía un hijo de 12 años, Cristóbal.
Leopoldo les había preparado una trampa, ya que el fantasma egoísta no quería compartir su edificio. Como Leopoldo tenía un aspecto un tanto agradable, pensó que su figura no espantaría a los Wilson, es por eso que decidió ponerse un disfraz terrorífico.
Cuando Héctor, Marta y Cristóbal entraron, el fantasma los asustó, pero al ser tan despistado, dejó el cierre del disfraz abierto.
Cristóbal, al ser tan observador, lo descubrió, le quitó el traje al fantasma, y al ver a Leopoldo con un “lindo” aspecto se largó a reír, y luego también sus padres.

Su truco había fracasado, por distraído.
Leopoldo siguió intentando diferentes travesuras, pero ninguna funcionaba, porque siempre alguien lo descubría y no causaba temor.
Los Wilson y el fantasma terminaron siendo amigos, y los científicos, se olvidaron de su investigación. Por eso Leopoldo terminó por permitir a la familia compartir el edificio, y todos vivieron juntos y felices para siempre.

martes, 9 de octubre de 2007

Las travesías de Benicio

Obra de Luis Felipe Noé

Había una vez, hace mucho, mucho, tiempo, un joven muy inquieto y curioso. Su nombre era Benicio.
Benicio vivía en las montañas, en un pueblo llamado Luque, y tenía tan solo diecisiete años. A él le encantaba conocer cosas nuevas, y por lo tanto se la pasaba investigando. Además, en su pueblo era muy querido, y tenía dos padres maravillosos: Renata y Cruz, que lo querían mucho.
Un día de mucho calor, Benicio salió a caminar por las bellas y altas montañas que rodeaban su pueblo. Caminó durante horas, hasta que notó un oscuro y temeroso túnel.
Ingreso en él y al salir, notó que a pocos metros un complejo estaba ardiendo en llamas.
Al ver lo que sucedía, salió corriendo y entró al lugar para rescatar a la gente que allí se encontraba.
Logró salvar a mucha gente, aunque hubo algunas personas que murieron. Las personas que él había salvado no eran como él, era gente extraña. Benicio estaba asustado y creía que había ingresado a otro mundo, pues el túnel tal vez era un pasadizo.
La gente lo miraba, y él a ellos. No entendía lo que sucedía, hasta que repentinamente se encontró con una mujer. Era un ser humano y su nombre era Alma.

Un agujero en el zapato





Queríamos tan poco... una piecita más, una ventana al sol, un poco más de luz... En el fondo, la encargada criaba gallinas.
Al principio nos sobresaltaba el gallo de la madrugada, después nos acostumbramos.
María quedó encinta en seguida; no era lo mejor que nos podía ocurrir, pero ya que Dios lo mandaba, recibimos al chico con el corazón alborozado y lo llamamos Diego, como yo, Dieguito.
Para colmo cerraron el taller y todos quedamos sin trabajo. Tuve que ponerme a buscar como desesperado y agarrar una changa en una fábrica. Me dije: malos tiempos, ya mejorarán... Pero no mejoraron. María se enfermó después del parto y pasaron varios meses hasta que se recuperó, pero no del todo.
A nuestro modo tratamos de ser felices. No pedíamos nada, así que cuando teníamos algo, nos parecía una maravilla. Era una manera de llevarle ventaja a la desesperanza.
Dieguito caminó al año. Era haragán para hablar, pero un buen día se le desató la lengua y nos llamó papá y mamá hasta hacernos llorar. Para nosotros que somos tan pobres, tener a Dieguito es ser un poco ricos.
Cuando María intentó volver a los dobladillos, allá, en la casa de modas, habían tomado otra. Entonces se puso a lavar ropa en las casas del barrio, pero los riñones dijeron no y por más que quiso ganarles la partida, tuvo que abandonar y darse por vencida. Por eso quiero vivir. Ellos me necesitan.
El año pasado nació la nena. María estuvo mal y tuve que dejarla un mes en el hospital. Dieguito con la abuela. Yo corriendo de un lado a otro, viendo qué podía hacer para ganar un peso más.
Cuando María mejoró me las traje a las dos a casa y, en medio de todo, nuestra casa me pareció un palacio. Éramos cuatro, dentro de su pobreza, para querernos.
Dieguito tiene seis años, la nena uno. La encargada sacó las gallinas del fondo para que los chicos pudieran jugar allí. Papá yo quiero un revólver. Papá yo quiero pinturitas. El pibe va a primer grado. Papá yo quiero, yo quiero, yo quiero... Quiere muchas cosas.
A mí se me hace un nudo en la garganta cada vez que lo oigo. Le acaricio el pelo, lo beso, lo aprieto contra mi
pecho. Dicen que eso basta, que a los chicos hay que darles amor y con eso todo se suple. Pero no basta. Hay que ver los zapatos quietos, los zapatos solitarios de las noches de Reyes, y la mano hurgando en los bolsillos para encontrar el peso que compre la sonrisa.

Un peso que sólo compra una desilusión. -Los Reyes nunca me traen lo que les pido...¡la bicicleta se la pusieron al chico de la otra cuadra ! y uno se traga las lágrimas. Y uno alza los ojos y pide cosas. Y reza. Y se olvida de rezar. Y vuelve a inaugurar el padrenuestro...Y uno se olvida de las palabras de amor para María... Y un día se siente mal, va al médico del hospital, el médico lo revisa a uno, le hace sacar radiografías, le hace hacer análisis... y le dice que no es nada, con una cara grave. Y uno, que tiene miedo -no por uno sino por todos eso que puede ocurrir si uno llegara a faltar -agarra las radiografías y los resultados de los análisis y le dice al médico de la fábrica : " Esto es del padre de mi mujer...¿se puede hacer algo por él?" Y el
médico de la fábrica mira, lee, piensa, frunce el ceño, mueve la cabeza de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y murmura : " Tiene para un mes...a lo sumo, dos".
Un mes. Que se ha pasado pronto.
Dieguito me ha mostrado su zapato muchas veces : -Mirá, tiene un agujero. Y uno quiere vivir. Por María, con las manos cortajeadas y rojas de fregar. Por Susana, la nena chiquita que camina sosteniéndose en las paredes llenas de manchas de humedad y pintura florecida. Por Dieguito y su comprame y su zapato roto. Uno quiere vivir y estira las manos buscando ese poco de aire que lo sostenga. Pero se encuentra con el jornal que no alcanza para el hambre de cuatro, para el frío de cuatro. Se encuentra con las rajaduras del techo, el cartón donde se rompió el vidrio de la ventana, el canto de María en la cocina. ¿Cómo se le dice a la mujer " María te voy a dejar sola con los chicos y toda la pobreza sobre los hombros"? ¿Cómo se le dice?
Un mes y nueve días.
Algo me oprime el pecho. Y no son solamente las ganas de llorar ni la lluvia de afuera ni los hipos quejosos de Susana. María.
Quiero llamarla. Decirle una palabra para que se la guarde siempre. Una palabra linda. Algo que la haga sonreír. María. Nunca un vestido nuevo. Nunca un cine. Nunca un peinado en la peluquería. María... Pero la voz no sale. La voz se encoge en la garganta como un pichón con frío.
-Papá...-Dieguito se me acerca. Tiene barro en la cara y el pelo húmedo y desparejo sobre la frente nueva. Levanta su pie. Su pie de seis años. -Mirá... tengo un agujero en el zapato... Quiero decirle algo a él también. Algo sobre su zapato. Su fiel zapato que no lo ha abandonado. Algo sobre el ruido de las gotas que caen en el balde colocado debajo de la gotera más grande. Yo hubiera querido hacer algo por su zapato. La cabeza se me va vaciando, ante mis ojos todo se nubla, se aquieta, se acerca... se acerca... se aleja, se acerca, se aleja, se aleja, se aleja. Creo que estoy muriéndome, y siento la mano de Dieguito tironeándome de la camisa, y su pequeña voz desalentada: papá... pero papá...


Autor: Poldy Bird
Buenos Aires - Argentina
Hecho por: Agustina Levi Hadid

Cuento a partir de una postal de los Depósitos de la Aduana en Puerto Madero

En la época colonial había un reino, que estaba formado por el Rey Luciano segundo, la Reina Ernestina, y el Príncipe Luciano tercero. Esta realeza era querida por la mayoría de la gente del pueblo, pero había un señor llamado Orlando, que no los quería en absoluto. Era tanto su odio que decidió juntar un grupo de asesinos, para matar al Rey Luciano segundo.
Ese mismo día Orlando empezó a idear un plan maestro. Ese plan necesitaba ser preciso en tiempos, y necesitaba poseer muchas armas, máscaras para que los guardias no los vieran. En un momento el plan ya estaba armado.
Esa noche se escabulleron en el palacio, distrayendo a los guardias. Luego Orlando entró en la habitación del Rey, y empezó a pelear. Fue la más larga pelea que puedo relatar. Terminó a la mañana siguiente .
Cuando el príncipe Luciano tercero descubrió que su padre estaba muerto, vio que había una mancha gigante de sangre con una carta al lado que decía:
Vete del pueblo, porque si no lo haces, mala suerte, si no te vas, terminarás como tu padre...
Desde ese día la mancha de sangre permaneció intacta hasta hoy. La mancha permanece en la cocina. Se dice que todas los lunes por la noche se puede observar al príncipe preocupado observando la mancha de sangre.

By: Lucho. S
Brian. C
Martín. M
Roni. G

Algunos de los poemas de Jorge Luis Borges


EL ENAMORADO


Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,

lámparas y la línea de Durero,

las nueve cifras y el cambiante cero,

debo fingir que existen esas cosas


Debo fingir que en el pasado fueron

Persépolis y Roma y que una arena

sutil midió la suerte de la almena

que los siglos de hierro deshicieron.


Debo fingir las armas y la pira

de la epopeya y los pesados mares

que roen de la tierra los pilares.



Un Angel


Que el hombre no sea indigno del Ángel

cuya espada lo guarda

desde que lo engendró aquel Amor

que mueve el sol y las estrellas

hasta el Último Día en que retumbe

el trueno en la trompeta.Que no lo arrastre a rojos lupanares

ni a los palacios que erigió la soberbia

ni a las tabernas insensatas.Que no se rebaje a la súplicani al oprobio del llanto

ni a la fabulosa esperanzani a las pequeñas magias del miedo

ni al simulacro del histrión;

el Otro lo mira.

Que recuerde que nunca estará solo.En el público día o en la sombra

el incesante espero lo atestigua;

que no macule su cristal una lágrima.


Señor, que al cabo de mis días en la Tierra

yo no deshonre al Ángel.


El Sueño


Si el sueño fuera (como dicen) una

tregua, un puro reposo de la mente,

¿por qué, si te despiertan bruscamente,

sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora

nos despoja de un don inconcebible,

tan íntimo que sólo es traducible

en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos

truncos de los tesoros de la sombra,

de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.

¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro?



Hecho por: Camila Lifschitz 1ºB

El canto del jazmín (con neologismos)



Ib
a un conejo apurado
que aceitunaba el prado
brincando sobre sus patas,
hidrocielando las almas
cuando sin poder parar
oyó una flor enllorar
que le contó al visitante:
le faltaba prerregarse.

Aquel hermoso placer
no quiso desembellecer
no sabía calmarla,
decidió hidrodesplantarla
de aquella flor tan mustia
no pudo enreír de angustia
jamás iba a desrecordar
partió hacia el infinito mar.


Hecho por: Greta Ponieman

Peschi in fiore, 1888, Vincent Van Gogh



lunes, 8 de octubre de 2007

Un cuento a partir de una imagen







Había una vez en una pintura un hombrecito llamado Robertino.Él era manco, sordo y muy petiso. Pensaba en cosas muy tontas, por eso todo le salía mal, pero él era un héroe destacado.
Él vivía en una ciudad llamada Lof. Allí había aproximadamente cien habitantes y todos se conocían entre sí.
Un día Robertino se puso a pensar que tenía mucho amor por una bella dama, pero su problema era que nadie lo iba a querer, ya que era un poco tonto.
Para ello, le pidió ayuda a su amigo Miguel. Él le dijo que un poco hueco era, pero a pesar de todo esto, tenía amigos que lo querían.
Su amada llevaba el nombre de Margarita Fernández, cuyo ojos y pelo eran de color marrón, era muy flaca y chiquitita.
Un día Robertino se cruzó con Marga. Él en ese momento estaba orgulloso de verla, pero al mismo momento triste, ya que ella no sentía lo mismo que él.
Marga no lo quería porque estaba enamorado de Miguel, el mejor amigo de Robertino.
Robertino no sabía del amor entre Marga y Miguel. Hasta que un día, iba caminando por Lof y escuchó hablar a los vecinos comentar lo que pasaba.
Al día siguiente Robertino llamó muy desesperado a Miguel, quien le dijo que sí, y le dio un consejo.
ANDATE A OTRO MUNDO PARA VER SI CONSEGUÍS UNA MUJER QUE TE QUIERA Y QUE TE RESPETE TAL CUAL SOS.
Robertino aceptó el consejo de Miguel, entonces le pidió que le diera las indicaciones de cómo ir a ese lugar. " EMPACÁ TODAS TUS COSAS Y PARATE FRENTE AL REMOLINO QUE SE ENCUENTRA EN MAPED AL 2000, VAS A TENER QUE HACERLO GIRAR Y AHÍ PODRÁS ESTAR EN ESE SITIO" , le aconsejó Miguel.
Al día siguiente este héroe, empacó sus cosas, se despidió de su gente y se marchó al lugar indicado.
Ese lugar era un mundo submarino dentro de una burbuja, pero su obstáculo mayor fue un tiburón con dientes muy filosos, cuyo aspecto externo era muy grande.
Robertino no venía aquí para encontrar un obstáculo, él estaba allí para conseguir una mujer que lo quisiera.

Hecho por: Sharon Sztycer

sábado, 6 de octubre de 2007

Poema con palabras inventadas a partir de la consigna 5 de la página 112

"La naturaleza de las flores."

La flor desembelleció
el día en que la emplantaron,
de belleza careció,
y los animales lloraron.
Yo nunca paré
de prerregarla,
mas nunca dejaré
de amarla.


Victoria Abolsky

viernes, 5 de octubre de 2007

El primer capítulo de una novela


A partir de la lectura de EL NOMBRE SECRETO de Laura No, escribimos un primer capítulo de una futura novela en la que apareciera una heroína o un héroe que debiera enfrentar un viaje arriesgado y desconocido... También utilizamos pinturas de diferentes artistas para lograr inspiración.

CAPÍTULO 1


Cuentan los antiguos que en Grecia había una mujer muy obsesionada por los zapatos. Su nombre era Sara Jones. Sara, cada vez que podía, iba a su vendedor preferido, Ricky Sarkany, y obviamente le compraba zapatos. Ya tenía más de mil pares de zapatos en su colección.
El problema era que Sara le compraba miles de zapatos pero al otro día no le gustaban más. Ustedes se preguntarán por qué le compraba tantos si después no le gustaban. Ricky se preguntaba lo
mismo, pero gracias a ella ganaba mucha plata, así que le seguía vendiendo.
La casa de Sara estaba habitada sólo por ella y sus zapatos, nadie más.


Ricky, muy preocupado por todo esto, empezó a darse cuenta de que ¡¡la estaba estafando!!. Inmediatamente quiso hacer algo, pero nada se le ocurría. Quería solucionar el problema de su clienta preferida sin estafarla de vuelta, para ello debía encontrar un material nunca antes visto para que Sara se quedase impactada por sus preciosos zapatos y no desease comprar unos nuevos.

Ricky sabía que había una isla escondida en el medio del Océano Atlántico. Nunca nadie antes había vuelto con vida de esa isla, pero Ricky estaba decidido a ir a ese lugar, donde conseguiría el material extraño.

Sin avisarle a nadie, al día siguiente Ricky empacó una valija, agarró su viejo gomón y su caña de pescar, se preparó víveres, tomó sus armas que estaban bien guardadas y emprendió el viaje. Sabía que este viaje no iba a ser nada fácil: se enfrentaría a muchos peligros cruzando el Mar Mediterráneo e incluso en la isla escondida. Sabía muy bien que allí se encontraría con muchos obstáculos.

Tuvo que caminar un largo rato hasta llegar a un puerto, donde le pagaría a un marinero para que lo llevase mar adentro. Ya allí, le dio las gracias al marinero, infló su balsa, puso todas sus cosas adentro y empezó a remar. Pasaban las horas y Ricky ya estaba cansado de remar, cuando de repente una gigantesca ola lo cubrió a él y su gomón. Muchas de sus cosas se cayeron al agua y se perdieron por el mar. Y eso no fue todo en ese día, un largo rato después aparecieron tiburones. Por suerte, Ricky sabía cómo hacer para que nada le hiciesen.
Al caer la noche, él estaba agotado y se tiró a dormir.


Al día siguiente, Ricky se levantó con todas las energías y empezó a remar con el doble de fuerza. Recién al mediodía se dio cuenta de la escasez de comida que tenía, ya que en la ola se le había perdido una gran cantidad y empezó a preocuparse. Por esto, decidió pescar. ¡Pero el pobre Ricky lo único que pudo pescar fue una diminuta mojarrita! En conclusión, en ese día, decidió no comer para conservar sus provisiones.

Cuando la luz de ese día ya disminuía, Ricky empezó a ver mucha niebla delante de él, y recordó que la isla a la que iba estaba llena de niebla, y por eso nadie la podía visualizar bien, por ese motivo casi ninguna persona en ese entonces conocía este territorio. Así que el zapatero juntó ánimos para remar con la esperanza de que iba a llegar a ella.
Siguió remando hasta que de repente se clavó la balsa en la arena. Al fin, había llegado. Como era de noche, no podía ver mucho pero se dio cuenta de que era una isla hermosa, llena de árboles y frutos. Pero no se podía llevar por la tentación de la hermosura de la isla, ya que sabía que le esperaban muchos peligros más e inclusive más riesgosos de los ya ocurridos.
Recogió sus cosas y durmió en la orilla arriba de su gomón.



Hecho por: Guido Sasson y Martin Brok