viernes, 12 de octubre de 2007

El Fantasma Leopoldo por Sol Grinbaum




El fantasma Leopoldo era tonto y despistado. Habitaba un edificio pequeño en Palermo, él había vivido allí cuando era humano, había matado a su esposa y luego se suicidó…
Desde entonces andaba por el edificio, que era completamente suyo, dando vueltas, porque en el barrio se corría el rumor de que había un fantasma.
Un día la familia Wilson decidió mudarse al edificio, sin importarle los rumores, ya que la señora Wilson, Marta, era científica, al igual que su esposo, Héctor, y querían investigar científicamente al fantasma.
La pareja tenía un hijo de 12 años, Cristóbal.
Leopoldo les había preparado una trampa, ya que el fantasma egoísta no quería compartir su edificio. Como Leopoldo tenía un aspecto un tanto agradable, pensó que su figura no espantaría a los Wilson, es por eso que decidió ponerse un disfraz terrorífico.
Cuando Héctor, Marta y Cristóbal entraron, el fantasma los asustó, pero al ser tan despistado, dejó el cierre del disfraz abierto.
Cristóbal, al ser tan observador, lo descubrió, le quitó el traje al fantasma, y al ver a Leopoldo con un “lindo” aspecto se largó a reír, y luego también sus padres.

Su truco había fracasado, por distraído.
Leopoldo siguió intentando diferentes travesuras, pero ninguna funcionaba, porque siempre alguien lo descubría y no causaba temor.
Los Wilson y el fantasma terminaron siendo amigos, y los científicos, se olvidaron de su investigación. Por eso Leopoldo terminó por permitir a la familia compartir el edificio, y todos vivieron juntos y felices para siempre.

2 comentarios:

paula luna dijo...

Muy lindo tu cuento, con un final feliz.
Gracias por publicar.
Paula

Unknown dijo...

Paula mi gmail es danyg94